Laura Victoria


Gertrudis Peñuela (Soatá, 1904 – Ciudad de México, 2004).

En Tunja se graduó en La Presentación como profesora y ejerció —en realidad, nunca ha dejado de ser maestra—. Escribió sus primeros versos «que revolucionaron la casta poesía de su época» a los 14 años. Su primer libro causo escándalo, entre entusiastas lectores y furibundos detractores, pues mientras los más pacatos — en una sociedad todavía enemiga de audacias sociales y literarias— criticaban a tan bella joven su «crudo sensualismo, indigno de una dama de su condición y | talento», otros le dieron el espaldarazo, entre ellos el maestro Valencia, quien le dice: «En su manera de escribir no hay artificio, ni rebuscamiento, ni alarde, ni falsía, ni engañoso brillo, ni tortura de formas: es el libre fluir de la vena poética, con un ritmo sosegado y acento natural en que la pasión apenas tiñe en rosa la albura de las corolas, y en que las fuerzas humanas se retuercen, no con el moverse diabólico de las serpientes sino con las castas ondulaciones del durazno en flor. Siga creando esos poemas tan sencillos, tan pulcros, tan sinceros, que ellos saben llegar a nuestros corazones, como un hálito de frescura, y como dulce arrullo a las almas tiernas y juveniles». Y ratificó: «Los primeros versos que leí de usted, me fueron una revelación; había vuelto a encontrar la fuente de la poesía tal como irrumpe del mismo corazón de la vida: canora, diáfana, purísima. Recibió usted el don de la poesía en su forma más auténtica, la más envidiable, la más pura». Como natural resultado de esa polémica, su libro se agotó en ocho días. En 1937 ganó los juegos florales de Bogotá —en competencia, entre otros, con Eduardo Carranza—. Y ofreciendo su cálida palabra en recitales teatrales recorrió, aplaudida y mimada, escenarios de Venezuela, Ecuador, Panamá, Costa Rica, Cuba, Honduras, Guatemala, México y Estados Unidos. Residió muchos años —y allá levantó y consolidó su familia— en México, donde ejerció el periodismo y desempeñó la cancillería de la embajada de Colombia. También fue agregada cultural en Roma y residió en España. A su regreso tardío a Colombia se entregó a una vida callada, de meditación y nostalgias, y a escribir una poesía crepuscular de acento místico. De sus lecturas bíblicas y su visita a Tierra Santa es testimonio su libro Viaje a Jerusalén, publicado en México en 1985, y termina en 1995. Actualidad de las profecías bíblicas juzgado por el jesuita Oscar González Quevedo así: «Su libro es claro, es diáfano. Con asombrosa claridad desvenda usted el futuro. No parece un libro de interpretación de profecías. Parece un libro de historia». Obra poética: Llamas azules (1933); Cráter sellado (México, 1938); |Cuando florece el llanto (España, 1960); |Crepúsculo(1989). El maestro Rafael Maya escribió: «Llamas azules es, sin disputa, el mejor libro poético publicado por mujer alguna en Colombia». Federico de Onís también la consagra: «Laura Victoria es una de las personalidades más sobresalientes de Hispanoamérica. Su obra poética ha volado por todo el continente en alas de la fama». (En realidad según el prólogo de Gustavo Páez Escobar para su último libro, «Laura forma con Gabriela Mistral, Juana de Ibarbourou, Alfonsina Storni, Delmira Agustíni y Rosario Sansores la galería de grandes líricas hispanoamericanas» y fue amiga personal de ellas, con quienes mantuvo correspondencia y recibió numerosos reconocimientos públicos).

Lecturas compartidas

Compartimos con ustedes un aparte del libro Cráter sellado (México, 1938) de la poeta boyacence Laura Victoria.

Disponible únicamente para lectura web

Título: Cráter sellado
Descriptores: COLOMBIA-POESIA SIGLO XX / POESIA AMOROSA-COLOMBIA / PENUELA DE SEGURA, GERTRUDIS [N.V.] [COLOMBIA 1912-]
Autor: Laura Victoria (Seudónimo)
Fecha de publicación: 1938
Editorial: Exlibris
Palabras clave: literatura colombiana del siglo XX, poesía colombiana
Tipo de documento: libro
Formato:PDF
Digitalización: Biblioteca Rafael Maya – Casa de Poesía Silva
Idioma: SPA – Español

La obra poética de Laura Victoria pueden consultarla con la signatura topográfica 861.372 / V317


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