Poesía al oído del lector: Jorge Gaitán Durán


(Pamplona, 1924; Point-a-Pitre, isla Guadalupe, 1962)

En la Antología de la nueva poesía colombiana (1949), que él preparó, editó y cuyas notas elaboró, escribió sobre sus primeros años y sus dos primeros libros: «Hizo estudios de bachillerato en el colegio provinciano de su departamento. Cursó las carreras de leyes y economía de la Universidad Javeriana de Bogotá. Actualmente hace estudios de filosofía y letras en la Universidad Nacional de Colombia. En su primera juventud se destacó como deportista. Escribe crítica de arte en el suplemento literario de El Tiempo y de literatura en otros periódicos… Pertenece al grupo de los Cuadernícolas. Su primera obra, |Insistencia en la tristeza (1946), tiene la definida importancia histórica de haber sido el primer libro de poesía absolutamente libre de la influencia de Piedra y Cielo. En su segundo libro, |Presencia del hombre (1947), ratificó esta característica de independencia
pero rompió con el tono subjetivo para preocuparse dentro de un noble rigor formal, por los problemas fundamentales del hombre». En la |Historia de la poesía colombiana (1991) dice a su vez Jaime García Maffla:
«En sus primeros libros, por juveniles, priman tanto la euforia de crear, como la confianza en un verso retóricamente vuelto más al pasado que al futuro, esto es, escrito más en consonancia con las formas tradicionales, que en la necesidad de una innovación. Esta, con la inauguración de un pensamiento y en el
despojamiento de figuras, giros o soluciones de artificio para el verso, se dibujará con excepcional intuición en sus dos últimos libros». Éstos, lo verdaderamente grande de su obra poética prematuramente cortada por la fatalidad, son | Amantes (1958) y |Si mañana despierto (1961), |Asombro fue publicado en París
en 1951 y |El libertino en 1954. Fue la fundación de la revista Mito (1955-1962) en compañía de Eduardo Cote
Lamus principalmente, lo que ha consagrado en la historia de las ideas y del arte en Colombia la breve pero intelectualmente fecunda vida de Gaitán Durán, por constituir una apertura comprometida con los valores en crisis tanto en la política nacional como en el pensamiento internacional del postmodernismo. A estos dos poetas los rodeó, como «grupo» una élite heterogénea y como generación toda una solidaria audiencia que crece y crece, como en el poema de Zalamea, no sólo en su momento sino en la posteridad, con la toma de conciencia de los poetas más jóvenes. Gaitán significó el paradigma de los intelectuales libres de su tiempo,
y su posición ética y estética fue un ejemplo estelar. Escribió con pasión, especialmente ensayos como |La Revolución invisible (1959), |Sade: el libertino y |la revolución (1960) y una ópera, |Los hampones (1961), que fue representada con música de Luis Antonio Escobar. Tradujo a importantes escritores contemporáneos.
Gaitán Durán fue un viajero sólo frustrado por su trágico accidente, periodista (en El Espectador publicó una columna de cine), empresario (era gerente de la editorial Antares cuando pereció de regreso de una viaje de vacaciones a París). Y, en fin, el temprano fruto de una vocación invencible («no pudo la muerte vencerme», dejó escrito para siempre).

  • Texto extraído de Quién es quién en la poesía colombiana (Bogotá, 1998), de Rogelio Echavarría. Primera edición: Ministerio de Cultura – El Áncora Editores. Puede consultar este material en nuestra biblioteca con la signatura topográfica: R8861 / E132q T. I

Compartimos los poemas «Si mañana despierto» y «Sé que estoy vivo» leídos en voz viva de Jorge Gaitán Durán.