Mario Rivero


(Envigado, Antioquia, 1935 – Bogotá, 2009)

Antes de dedicarse a escribir y de que su obra lo consagrara como uno de los más importantes poetas de las últimas generaciones del siglo en Colombia, probó muchas cosas y tuvo múltiples experiencias: voluntario en la guerra de Corea, cantante de tangos, actor de teatro —pequeños papeles para su voluminosa presencia, que no dudamos lo llevó también al boxeo o quizás a la lucha libre…—; vendedor de libros y de arte; vivió su juventud en constante movimiento, deambulando por Centro y Suramérica, con incursiones a Europa, en calidad de expositor y guía de seminarios y excursiones artísticas. Contertulio de los cafés de intelectuales y artistas bogotanos, principalmente de El Automático, allí perfiló su definitivo destino poético, al lado de Los cuadernícolas y sumándose a la naciente corriente de poesía urbana, que él llegó a imponer representativamente. Director y fundador de la revista Golpe de Dados (de 1972 hasta su muerte) que, según la Historia de la Poesía Colombiana publicada por la Casa de Poesía Silva en su primera edición de 1991, dio nombre a la generación de sus contemporáneos o inmediatos seguidores. Sin embargo, no era una revista exclusivista, sino que se abrió a nombres y obras de diferentes edades y procedencias. Crítico permanente de artes plásticas en revistas como Diners y en periódicos como El Espectador. Publicó libros sobre artistas colombianos como Botero, Manzur y Rayo. Dirigió de 1974 a 1990 el programa dominical Monitor de la cadena radial Caracol.

Sus obra ha merecido numerosas e importantes distinciones. Publicó entre otros los libros Poemas Urbanos (1963), Noticiario 67 (1967), Y vivo todavía (1972), Baladas sobre ciertas cosas que no se deben nombrar (1972), Mis asuntos (1986), Vuelvo a las calles (1989), Del amor y su huella (publicado por la Casa de Poesía Silva, 1992), Mis asuntos, Antología poética (1995), Los poemas del invierno (1996), Poema con cámara, Camiri 67 (1997), Flor de pena (1998), Qué corazón, (1999), V salmos penitenciales (1999), La balada de los pájaros (2001), La balada de la gran Señora (2003) y Viaje Nocturno (2008). En 2001 la Casa de Poesía Silva publicó con el título Porque soy un poeta una extensa entrevista de Rivero con el escritor Guido Tamayo. En ese mismo año recibió el Premio Nacional de Poesía “José Asunción Silva” por su vida y obra. Fundó y dirigió hasta su muerte la revista de poesía Golpe de Dados. En 2010 la editorial española Sibila publicó su Poesía completa cuya edición y prólogo estuvieron a cargo de Federico Díaz-Granados.

Compartimos los poemas «Qué corazón», «Dos en la noche» y «Lágrimas», en voz viva de Mario Rivero